La leche de vaca es uno de los alimentos más nutritivos. De ahí que la pirámide de alimentación recomiende que los niños beban al menos dos vasos de leche al día. Esto se debe al rico contenido en calcio que tiene, así como de vitamina D y otros minerales fundamentales para el crecimiento de los pequeños de la casa.
Beber dos vasos de leche o tomar sus derivados puede aportar hasta el 70% del calcio que nuestro cuerpo requiere diariamente. Además, en el caso de los niños que aún están creciendo y desarrollándose, este calcio es indispensable para fortalecer sus huesos, mejorar su desarrollo psicomotor así como para reforzar su sistema inmunológico. Además, la leche también tiene un papel muy importante en la coagulación de la sangre y en la contracción de los músculos.
Para que te hagas una idea, una ración de leche equivale a un vaso de leche, 2 yogures o 50 gramos de queso fresco. Los quesos, cuanto más frescos están, menos grasa tienen. por el contrario, cuanto más curado sea el queso, más calorías tiene y es menor su aporte de agua.
Como padres debemos aportarles las raciones adecuadas de lácteos para favorecer su crecimiento de forma sana.
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